viernes, 6 de noviembre de 2009

EL CÓDIGO DE CONDUCTA EN EL TAEKWONDO




Las artes marciales existieron en Corea desde muy antiguo; esto puede apreciarse en los grabados sobre piedra de Seokkooram, estas estatuas estaban 500 años antes que Bodhidarma viajara a China para transmitir el Budismo.
Durante el periodo de la unificación, Corea estaba dividida en tres reinos: Paekche, Koguryo y Silla. En el reinado de Silla (57 a.C.- 935 d.C.), el monje Won Kwan Bopsa enseño religión y abrió una escuela a la que imprimió un fuerte carácter ético creando un código de conducta al que denominó MENG SAE, convirtiéndose así en la versión coreana del Código del Bushido. Esta escuela incluía dos tipos de propósitos, intelectuales y marciales, y llegó a conocerse con el nombre de HWA RANG DO (camino floreciente de la humanidad o camino del caballero evolucionado).
En su origen fue creada para enseñar a determinados miembros jóvenes de la nobleza el entrenamiento de las artes marciales. La enseñanza incluía además de las artes de guerra, la literatura, la poesía, la danza, la filosofía y el Budismo. La adhesión a su estricto código marcial junto a la superlativa técnica de combate, hicieron de Hwa Rang Do la mayor fuerza federal tras la eventual unificación de la península de corea. Aún así, prevalecientes fuerzas gubernamentales de la dinastía Yi (1392 – 1910) lograron desmembrarlos prohibiéndoles la práctica marcial y haciendo que ésta se tuviera que realizar en secreto en las montañas. Fue en los monasterios, donde el arte se conservó y fue llevado de maestro a discípulo en una cadena continua hasta el presente.
El código del MENG SAE creado por Won Kwan Bopsa, fue adoptado posteriormente por todas las escuelas de Artes marciales y estilos que se crearon en el país desde tiempos antiguos hasta la actualidad, donde forma parte importante de la filosofía de conducta de todas las escuelas tradicionales de artes marciales en Corea.
El código consta a su vez de cinco reglas (mu sul oh kae) y por nueve virtudes (mu sul kyo hoon)
Las cinco reglas son las siguientes:

- SA KUN E CHOON Lealtad a la patria

- SA CHIN E HYO Lealtad a los padres y maestros

- KYO WOO E SHIN Confianza y hermandad entre amigos y compañeros

- IM JEON MOO TAE Coraje frente al enemigo

- SAL SAENG YOO TEAK Justicia no quitar la vida sin causa justificada.

Y las nueve virtudes son:

IN – Humanidad
OUI – Justicia.
YEA – Cortesía
JI – Sabiduría
SHIN – Confianza
SUN – Bondad
DUK – Virtud
CHOONG – Lealtad
YOONG – Valentía


Los tiempos cambian y también lo hacen las sociedades, pero los códigos de conducta de las artes marciales deben seguir siendo el pilar básico donde se asiente la práctica marcial. No deberíamos considerar estos tratados de honor como si correspondieran a la idiosincrasia de una determinada época ni a un patrimonio exclusivo de países como Corea o Japón, ya que en Europa los Cruzados también hacían gala de su propio sistema de honor, y es por ello por lo que no deben ser tratados como anacrónicos sino como algo vivo, capaz de adaptarse a los tiempos actuales y a la sociedad moderna.
El Taekwondo es ante todo un sistema completo de formación integral del individuo en sus tres aspectos: físico, mental y espiritual.
Contribuye notablemente en el proceso formativo de las personas, pues desarrolla tanto su estado corporal como emocional, mejorando considerablemente su rendimiento en el trabajo (estudios) y su relación con los demás.
Así pues, la disciplina del Taekwondo ayuda a crear hábitos que nos serán favorables en los estudios o trabajo; así mismo, el respeto a las normas del Doyang (lugar de práctica) nos ayudará a hacernos más comprensivos hacia nuestros semejantes, creando actitudes positivas ante la sociedad. La práctica del Taekwondo le aporta a nuestro cuerpo la flexibilidad y estímulos que mejorarán nuestro estado físico, reflejos y motricidad que favorecen nuestro desarrollo y nos hace sentirnos más seguros de nuestras posibilidades en distintas situaciones de la vida cotidiana.
Debemos estar seguros de no perder de vista las nueve virtudes del Meng Sae, ya que sin ellas, el Taekwondo no se compromete con la persona más que a nivel físico no permitiéndole avanzar en la vía de su enriquecimiento interior.
El primer paso para lograr esta unificación entre las virtudes físicas y el desarrollo moral lo encontramos en el respeto a las normas de cortesía.



REGLAS DE COMPORTAMIENTO DENTRO DEL DOYANG


Las normas de cortesía dentro del Doyang son determinantemente formativas en la conducta de los practicantes de Taekwondo y condicionan el comportamiento de los practicantes tanto dentro del doyang como fuera de éste. Estas normas son:


1.- El Taekwondista será muy escrupuloso en cuanto a la limpieza e higiene de su cuerpo y su dobok se refiere, sobre todo llevará las uñas de las manos y de los pies muy cortas. Se despojará de anillos, pulseras, medallas, etc., y cualquier objeto que pueda herir al compañero o a él mismo. El cinturón se colocará de manera que quede simétrico a ambos lados. Asimismo evitará comer chicle en el tatami.
2.- Al entrar en el Doyang o al salir saludará de pie y de cara a la clase.

3.- La puntualidad también es cortesía. La clase empieza cuando llega el profesor y termina con el saludo a éste.

4.- Si por alguna razón llega tarde esperará en el borde del tatami a que el profesor le invite a entrar, entonces le saludará y se adaptará sin molestar a nadie al ritmo de la clase y a los ejercicios que se estén realizando.

5.- Mientras el profesor explica o demuestra una técnica, permanecerá en Naranji Sogui (piernas ligeramente abiertas y pies paralelos), con las manos en la espalda y no mirará directamente a los ojos del profesor.

6.- Antes de empezar la práctica con un compañero, y al término de la misma, ambos se saludarán de pie (kionne).

7.- No se debe abandonar el tatami durante la clase. Si hay alguna razón para hacerlo solicitará el permiso del profesor.
8.- La colocación para el saludo final es en filas, ocupando los puestos delanteros (empezando por la derecha) los alumnos de más grado. Una vez colocados en filas, para arreglarse el dobok o atarse el cinturón deberá dar la espalda al profesor y hacerlo con celeridad.
9.- A la hora de abandonar el Doyang, tras el saludo final, se hará caminando hacia atrás, sin dar la espalda al profesor.
10.- A la hora de entregar cualquier objeto al profesor o a cualquier otro compañero, deberá colocarse una mano debajo del antebrazo que hace la entrega (con la palma hacia abajo) y saludar (Kionne). Esto se realizará también al dar la mano al profesor dentro o fuera del Doyang.

Sin duda está en nuestras manos el lograr que el Taekwondo mantenga vivas las virtudes que nos permitan encontrar este equilibrio físico y moral que ten ávidamente busca el hombre del siglo XXI.


“Un día, desde la cima de un promontorio, un hombre veía el mar por primera vez en su vida.
-¡Qué bello! ¡Qué grande!- decía con el aliento entrecortado.
- Y eso que no ves más que la superficie- le dijo su amigo.”